En la calle Jacaranda, entre las calles Olmos y Álamos, en la colonia San Miguel, se encuentra un lote baldío que ha sido utilizado como un basurero. Además de la acumulación de residuos, en el lugar es frecuente la quema de basura y pasto, lo que provoca malos olores y afecta a los vecinos de esta zona.
Los residentes reportan que el humo y los olores desagradables llegan hasta el interior de sus casas, afectando su vida diaria y generando preocupación por los posibles riesgos a su salud. A pesar de haber intentado dialogar directamente con las personas que realizan estas prácticas, los responsables continúan con la quema, ignorando las peticiones de los vecinos.
Uno de los problemas principales que señalan los habitantes es que el lote no ha sido atendido adecuadamente ni por sus dueños ni por las autoridades municipales, lo que permite que se siga utilizando como un vertedero clandestino. El temor entre los residentes es que, además de los malos olores y el riesgo de contaminación, las quemas puedan salirse de control y provocar un incendio en los alrededores.
Los vecinos han solicitado la intervención de las autoridades, tanto para limpiar el lote como para regular su uso y sancionar a quienes lo usan de manera indebida. También piden medidas para detener las quemas, que son frecuentes y afectan la calidad del aire en el vecindario.
Hasta el momento, las autoridades locales no han tomado medidas concretas para solucionar la situación, lo que genera frustración entre los habitantes. Los residentes insisten en que es urgente atender este problema antes de que las condiciones empeoren y se conviertan en un riesgo mayor para la comunidad. Exigen una respuesta rápida que garantice la seguridad y bienestar de quienes viven en la zona.