Ocho años han pasado desde que Martha quedó postrada en una cama. La artritis reumatoide y la osteoporosis la han dejado sin movilidad, dependiendo completamente de su hijo. Él, con esquizofrenia, hace lo imposible por cuidarla, pero la realidad los golpea cada día con más fuerza.
Viven en extrema pobreza, sin apoyo gubernamental, apenas sobreviviendo con la ayuda de los vecinos. No tienen ingresos estables, y ahora enfrentan un problema aún mayor: la dueña del pequeño cuarto donde viven les ha pedido que se vayan. No tienen a dónde ir, no tienen recursos, no tienen opciones.
Se estima que 1.5% de la población mexicana padece artritis reumatoide, la cual afecta en mayor medida a las personas entre los 35 y 50 años de edad y llega a causar discapacidad por el intenso dolor e inflamación en articulaciones, particularmente en manos y rodillas.
Martha pasa los días en la misma cama, sin poder moverse, sin esperanza. Su hijo, desesperado, intenta conseguir lo necesario, pero su enfermedad también lo limita. Necesitan medicamentos, una cama especial, pañales, y sobre todo, alguien que cuide de Martha para que él pueda salir a trabajar.
El tiempo corre en su contra. La incertidumbre los consume. Sin ayuda, el futuro es aún más incierto. La única esperanza que les queda es la solidaridad de quienes puedan tenderles una mano.
Si alguien desea ayudar, puede comunicarse al 6182788255. Cualquier apoyo puede hacer la diferencia entre el abandono y la posibilidad de seguir adelante.