La venta de medicamentos falsificados ha aumentado en varias regiones del país, poniendo en riesgo la salud de miles de personas. Muchos de estos productos se comercializan a través de internet o en mercados informales, donde los consumidores, atraídos por precios bajos, adquieren fármacos que prometen curas rápidas, pero que no cumplen con los estándares de seguridad.
Especialmente preocupante es la venta de medicamentos para tratar enfermedades graves, como las cardiovasculares, que requieren receta médica y que son vitales para salvar vidas. Estos fármacos legítimos suelen ser inaccesibles para muchas personas debido a su alto costo, lo que lleva a algunos a recurrir a opciones más económicas, aunque fraudulentas.
México ocupa el sexto lugar a nivel mundial en tráfico y comercio ilegal de medicamentos, de acuerdo con reportes de la anterior Procuraduría General de la República y la Asociación Nacional de Farmacias de México en los que se destaca que en los estado de Querétaro, Jalisco, Baja California, Michoacán, Guerrero, Morelos, ´Pueblos, Tlaxcala, Hidalgo y Yucatán, se han incautado el mayor número de medicamentos falsificados.
El consumo de medicamentos falsificados puede tener consecuencias graves. Si el medicamento no contiene el principio activo necesario, la enfermedad puede empeorar al no recibir el tratamiento adecuado. En casos más extremos, esto puede provocar complicaciones severas e incluso la muerte. Además, los medicamentos de origen desconocido o caducados pueden generar intoxicaciones y otros efectos adversos, que agravan aún más la situación de salud de los pacientes.
Es crucial que las personas busquen alternativas seguras y accedan a tratamientos a través de los canales adecuados, garantizando así su bienestar y evitando consecuencias irreversibles para su salud.