MIASTENIA GRAVIS, UNA ENFERMEDAD CRÓNICA POCO CONOCIDA
La miastenia gravis se divide en dos tipos: ocular y generalizada.
La miastenia gravis es un trastorno que puede hacer que los músculos se debiliten y se cansen fácilmente.
La miastenia mayormente afecta a los mayores de 60 años, sin ninguna otra condición preponderante, pero hay casos de pacientes miasténicos en edades entre 20 a 40 años.
El trastorno puede afectar a los músculos que controlan el movimiento de los ojos y los párpados. Esto puede causar la caída del párpado o visión doble.
Si bien el tratamiento puede ayudar, esta condición no tiene cura. Cabe aclarar que en cada persona, la miastenia se comporta de manera distinta.
Otras enfermedades pueden causar debilidad muscular, por lo que la miastenia gravis puede ser difícil de diagnosticar.
La miastenia debe ser diagnosticada por un neurólogo. Con el fin de diagnosticarla, los médicos examinan el nervio varias veces para ver si su capacidad para enviar señales empeora con la fatiga.
La crisis miasténica es el culmen de los síntomas sistémicos y puede llegar a causar la muerte por incapacidad de respirar si no se trata urgentemente.
Se produce afectación ocular en el 90% de los casos y es la forma de presentación más común, representando el 60% de todas las miastenias.
La miastenia gravis no es contagiosa, no se transmite de persona a persona. Es un padecimiento íntimamente relacionado con las emociones, y las deficiencias neurológicas, por lo cual el neurólogo es el especialista indicado, junto con un psicólogo o psiquiatra según sea el caso.
Los medicamentos, la terapia y la cirugía pueden ayudar.
Es importante consultar siempre al médico y seguir estrictamente las indicaciones del tratamiento, ya que los miasténicos no pueden consumir ningún medicamento sin consulta previa de su médico, ya que se tiene una lista considerable de medicamentos contraindicados.