La mañana de este viernes 6 de noviembre, una mujer se arrodilló en la Plaza de Armas frente a la Catedral para rezar y pedir misericordia por ella y todos los duranguenses ante la pandemia del COVID-19.
Pidió a todos los ciudadanos que "miraran dentro de su corazón y reconocieran que han sido malos", argumentando que esa es la razón por la que el coronavirus sigue avanzando.
Finalmente señaló que vivimos en una sociedad poco empática que sólo ve por sus propios intereses, resaltó que "en ninguna persona existe tanto amor, paz y bondad como la que Dios nos da todos los días".