Los migrantes que se aventuran en la peligrosa travesía hacia Estados Unidos se enfrentan a innumerables riesgos. Desde el peligro de ser interceptados por autoridades corruptas hasta la amenaza de grupos violentos, la violencia y la explotación acechan en cada paso del camino. Un aspecto particularmente alarmante es la violencia sexual que enfrentan niñas y mujeres en estas caravanas migratorias. Eunice Rendón, coordinadora de Agenda Migrante de la CNDH, ha destacado la preocupante realidad que enfrentan estas mujeres. Muchas de ellas se ven obligadas a prevenir posibles embarazos a través de pastillas o inyecciones anticonceptivas, conscientes de los riesgos de abuso sexual que enfrentan.
La migración es una constante en el mundo, con familias buscando mejores oportunidades. Sin embargo, Monseñor Jaime Jesús Villaroel, Obispo de la Diócesis de Carúpano en Venezuela, sostiene que se deben crear oportunidades en los países de origen para evitar que las familias se vean obligadas a enfrentar abusos y peligros en su búsqueda de una vida mejor. Destaca la importancia de políticas públicas que fomenten el desarrollo en estas naciones, reduciendo la necesidad de la migración forzada. El obispo también subraya que un mundo convulsionado y afectado por conflictos internacionales está desatando una oleada de migrantes que sobrepasa la capacidad de los países receptores.
Para los migrantes, una de las dificultades más grandes es comprender la verdadera dimensión de la violencia que enfrentarán en su travesía. Por esta razón, organizaciones de derechos humanos y diversas iglesias se unen para ofrecer apoyo a estas personas que buscan una vida mejor. Su objetivo es sanar las heridas de las víctimas de la violencia mientras están en pleno éxodo. Tanto los defensores de los derechos humanos como las instituciones religiosas trabajan incansablemente en beneficio de los migrantes, proporcionando refugio, asistencia legal y apoyo psicológico en un intento por aliviar el sufrimiento que enfrentan en su búsqueda de un futuro más seguro y prometedor. La lucha por un mundo más justo y compasivo sigue siendo fundamental en medio de las complejidades de la migración.