Las condiciones de extrema sequía que prevalecen en gran parte del territorio estatal hace necesario replantearse la necesidad de solicitar para Durango una declaratoria de desastre, aseguró el regidor Pedro Silerio García.
"La crisis del agua es algo que nos preocupa mucho, pero debemos ocuparnos en hacer algo. Las presas ya están ciertamente vacías, pero también los niveles de bombeo ya están muy abajo, ya han descendido 15, 20 o 30 metros", alertó.
Los equipos de bombeo, dijo, están operando en algunos casos en ceros y en otros en aprovechamiento es de entre el 10 y el 15 por ciento, lo que eleva las alertas respecto al líquido disponible para consumo humano.
Además, en las comunidades de la zona rural los bordos de abrevadero están prácticamente secas y se teme que pueda suceder lo mismo con los manantiales que aún tienen agua, lo que elevaría el estrés hídrico en la entidad.
Ante este escenario, el Regidor apuntó que debe insistirse en una declaratoria de desastre para Durango, esto luego de que el Gobierno de la República rechazó una primera petición de auxilio que se formuló desde el Congreso del Estado.
Entre las consecuencias para el municipio, del bajo nivel de presas y el estrés hídrico actual, está la pérdida del ciclo agrícola de riego y la muerte d un número indeterminado de cabezas de ganado, debido a que no hay agua disponible para el consumo.
De acuerdo a la última actualización del Monitor de Sequía, que opera la Comisión Nacional del Agua, al 15 de abril pasado no había en Durango superficie que no estuviera afectada por algún nivel de sequía.
Hasta la última actualización de Conagua. el 23.3 por ciento del territorio estatal presenta condiciones de sequía excepcional y el resto de los municipios registran entre sequía extrema, severa y moderada.