La contaminación ambiental se define como la presencia de sustancias nocivas en el agua, aire o suelo, conocidas como contaminantes ambientales. Estos contaminantes pueden tener diversos orígenes y se encuentran en distintas concentraciones y lugares, causando una variedad de efectos adversos tanto en el medio ambiente como en la salud humana.
La contaminación ambiental tiene un impacto significativo en la salud, afectando especialmente a los grupos más vulnerables como niños y adultos mayores. Los contaminantes del aire, por ejemplo, no solo dañan los pulmones en desarrollo de los niños, sino que también pueden atravesar la barrera hematoencefálica y dañar permanentemente sus cerebros en desarrollo, lo que puede repercutir en su futuro. La exposición a altos niveles de contaminación del aire puede aumentar el riesgo de infecciones respiratorias, enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y cáncer de pulmón. Estos problemas de salud afectan de manera desproporcionada a la población vulnerable, como niños y adultos mayores.
La contaminación del aire es una de las formas más frecuentes de contaminación ambiental. La exposición prolongada a contaminantes del aire puede causar una variedad de efectos adversos para la salud, incluyendo un aumento en las infecciones respiratorias. Esta situación es particularmente preocupante en áreas urbanas con alta densidad de tráfico y actividades industriales.
A nivel municipal, se han implementado programas activos para mitigar la contaminación, como la reubicación de ladrilleras fuera de las áreas urbanas. Aunque existen espacios disponibles en parques industriales ladrilleros, aún se encuentran muchas de estas operaciones dentro de las zonas urbanas, lo que sigue contribuyendo a la contaminación del aire.
A nivel mundial, el 99% de la población respira aire contaminado con niveles insalubres de partículas finas y dióxido de nitrógeno. Esta situación es más grave en los países de ingresos bajos y medios, donde la exposición a estos contaminantes es mayor. A pesar de estos desafíos, la esperanza de vida mundial al nacer ha aumentado de 66.8 años en 2000 a 73.3 años en 2019, y la esperanza de vida con buena salud ha aumentado de 58.3 años a 63.7 años. Esto indica que, a pesar de la alta exposición a contaminantes, se han logrado avances en otras áreas de la salud.
En 2024, México recibió una calificación de nivel medio en la categoría de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), muy baja en energía renovable, alta en uso de energía y baja en política climática. Estos datos reflejan la necesidad urgente de políticas más efectivas y un mayor enfoque en el desarrollo de energías renovables para reducir las emisiones de GEI y mejorar la calidad del aire.
La contaminación ambiental sigue siendo un problema crítico que requiere atención y acción a todos los niveles de la sociedad. La salud de las poblaciones más vulnerables, especialmente niños y adultos mayores, está en riesgo debido a la exposición a contaminantes del aire y otras formas de contaminación. Es imperativo que se implementen políticas y programas efectivos para mitigar estos impactos y garantizar un ambiente más saludable para todos.