Muchos pequeños, sobre todo menores de 5 años, sienten curiosidad de introducir objetos extraños en los orificios de su organismo, como en las fosas nasales o en los oídos. Entre los objetos más comunes se encuentran: cuentas de plástico, semillas de frutas, frijoles o trozos pequeños de crayones. Esto lo hacen por mera curiosidad, por lo que los expertos recomiendan vigilancia estrecha de los niños, no dejarlos solos, y no dejarlos con objetos pequeños, porque a veces también los pueden tragar y esto produce atragantamiento.