El padrón de casas en riesgo de colapso en la ciudad no ha sufrido cambios recientemente, manteniéndose el mismo número de edificaciones en situación de vulnerabilidad. Todas estas construcciones son de adobe, un material tradicional pero menos resistente a las inclemencias del tiempo y al paso de los años. La directora de Desarrollo Urbano, Norma Miramontes, ha informado que, en colaboración con Protección Civil, se siguen realizando rondines y monitoreos constantes, especialmente ante la proximidad de la temporada de lluvias.
Estas inspecciones periódicas son cruciales, ya que muchas de las edificaciones de adobe están en condiciones frágiles y las lluvias podrían agravar su situación estructural. Miramontes explicó que se han llevado a cabo esfuerzos significativos para contactar a los propietarios de estas viviendas, solicitándoles que refuercen las estructuras para evitar posibles incidentes. Sin embargo, en los casos donde no se ha logrado establecer comunicación con los dueños, se han tomado medidas preventivas para retirar cualquier elemento que pudiera comprometer aún más la estabilidad de las edificaciones.
El proceso de identificación y monitoreo de estas viviendas en riesgo no es reciente. Desde hace tiempo, tanto Desarrollo Urbano como Protección Civil han estado al tanto de la situación, buscando estrategias efectivas para mitigar el peligro que representan estas casas para sus habitantes y la comunidad en general. Se han realizado visitas detalladas para evaluar el estado de cada edificación y se han emitido recomendaciones específicas para cada caso, basadas en la urgencia y el grado de deterioro.
La directora destacó la importancia de la colaboración ciudadana en estos esfuerzos. "Es fundamental que los propietarios de estas casas entiendan la gravedad del asunto y tomen las acciones necesarias para reforzar sus viviendas", subrayó Miramontes. "La seguridad de todos es nuestra prioridad, y necesitamos trabajar juntos para prevenir tragedias".
A pesar de estos esfuerzos, el desafío principal sigue siendo la falta de respuesta de algunos propietarios. En estas situaciones, las autoridades han optado por intervenir directamente, eliminando elementos peligrosos y asegurando, en la medida de lo posible, que las estructuras no representen un riesgo inminente para la comunidad. Esta intervención se realiza con cuidado para no dañar más las edificaciones mientras se busca una solución a largo plazo.
En la actualidad, la ciudad se prepara para la temporada de lluvias, y el monitoreo de estas casas de adobe se intensificará. Las autoridades están alertas y listas para responder a cualquier emergencia que pueda surgir, con el objetivo de proteger a los ciudadanos y minimizar los daños. La directora Miramontes reiteró su llamado a la comunidad para que colaboren y reporten cualquier situación de riesgo que observen, enfatizando que la prevención es la mejor herramienta para garantizar la seguridad de todos.