Nuevas banquetas para el Centro Histórico de Durango.

En el corazón del Centro Histórico de nuestra ciudad, se está gestando una metamorfosis con un valor estimado de 4.5 millones de pesos. Este ambicioso proyecto de renovación abarca una serie de áreas cruciales, incluyendo la emblemática calle Bruno Martínez, así como segmentos de 20 de Noviembre y Juárez desde Pino Suárez. Pero detrás de este esfuerzo por revivir la gloria del pasado, surgen preguntas y desafíos a medida que se acerca la temporada de ventas más importante del año.

Los comerciantes del Centro Histórico, cuyos negocios dependen en gran medida de la temporada navideña, han expresado su descontento. Señalan que el inicio de las obras coincide de manera inoportuna con el período de compras más activo. Mientras las calles son testigos de la revitalización, las tiendas y puestos de venta enfrentan la disyuntiva de cómo atraer a los clientes en medio de un entorno de construcción y cambios.

Por otro lado, las autoridades encargadas de la renovación defienden su estrategia. Argumentan que los trabajos en curso no han tenido impacto negativo en las calles que fueron pavimentadas o repavimentadas antes de la temporada de lluvias. Afirma el Director de Obras Publicas Municipales, el Ing. Javier Chavez Cibrian, que la calidad del pavimento soportó las pocas lluvias que han caído. Incluso dice que le gustaría que se pusiera a prueba con mas eventos climatológicos.

Este debate polarizado presenta un dilema significativo: ¿La inversión en la renovación urbana justifica los desafíos que se presentan durante una temporada de ventas crucial? En un rincón, los comerciantes luchan por proteger sus intereses, mientras que en el otro, las autoridades municipales trabajan incansablemente para restaurar el antiguo esplendor de la ciudad. La tensión es palpable, y la respuesta a esta pregunta, que define el equilibrio entre preservar la riqueza histórica y la necesidad económica, está por revelarse en los próximos meses.