Hace ocho meses, Haydee del Carmen Carrizosa Casas, decidió abrir las puertas de su corazón, de su familia y de su casa a un adolescente que estaba a cargo del estado y vivía en Casa Hogar.
Desde joven, siempre dijo que algún día adoptaría a un pequeño y el programa Familias de Corazón le permitió cumplir ese sueño. Ella decidió que fuera un adolescente.
Relata que fue amor a primera vista, pero aun así fue cauta debido a que la convivencia no es la misma en una o varias visitas que cuando un nuevo miembro de une a la familia.
El programa de Familias de Buen Corazón, que opera a través del Sistema DIF Estatal, busca hogares que puedan ofrecer cuidados temporales a niñas, niños o adolescentes que no cuentan con cuidado parental.
Hasta abril de 2024 el programa en Durango tiene 40 familias ya certificadas, pero solo 18 se encuentran activas brindando refugio a 21 niñas, niños y adolescentes.
Para Haydee lo más importante para mantener una buena relación con el adolescente es una buena comunicación que permita entender sus emociones y validarlas
"Las emociones de los adolescentes son totalmente diferentes, un día quieren azul y al día siguiente es rosa y al día siguiente es naranja y tú te preparaste con azul y nada que al final era morado", ejemplificó.
Uno de los argumentos a favor del programa señala que integrar a un menor a un entorno familiar, permite que se desarrolle en un ambiente de crianza positiva.
Haydee relata que, al llegar a casa, establecieron que una de las prioridades era mejorar las calificaciones que el adolescente traía bajas, debido a sus condiciones y a su historia de vida.
Como familia, considera que el brindarle acceso a una educación de calidad es un regalo para el futuro.
A nivel nacional, se tienen documentados avances significativos en temas psicoemocionales, físicos y de salud entra las niñas, niños y adolescentes que participan en el programa.