Juan Carlos Villegas, de 39 años, ingresó el pasado 4 de octubre al hospital psiquiátrico tras sufrir una crisis relacionada con su discapacidad intelectual, que lo hace comportarse como un niño de 5 años. Su familia tomó la difícil decisión de internarlo para que estuviera bajo control médico y protegido. Sin embargo, lo que prometía ser un lugar seguro se convirtió en una pesadilla.
Al día siguiente, sus familiares recibieron una llamada que les informaba que Juan había sido atacado por otro paciente. Al llegar al psiquiátrico, lo encontraron en un estado crítico: estaba amarrado a la cama, incapaz de defenderse, y con la nariz destrozada tras una brutal agresión. Ante la gravedad de las heridas, su familia lo trasladó de inmediato a la Clínica 1 del IMSS, donde, hasta ahora, no ha recibido la atención que requiere.
Han pasado cinco días desde el ataque, y Juan sigue sin una evaluación médica clara. Los doctores se contradicen: algunos aseguran que necesita cirugía debido a la gravedad de las heridas pues podría perder un ojo, mientras que otros lo minimizan y niegan la necesidad de operar. Mientras tanto, Juan continúa atado y sedado, con el argumento.
La situación es aún más alarmante porque el hospital psiquiátrico se ha negado a proporcionar información sobre quién fue el responsable de la agresión. Ante esta falta de respuestas, los familiares de Juan, Ana y Fernando, recurrieron a las redes sociales para exponer la situación de su familiar.
La familia está desesperada. No solo enfrentan la incertidumbre sobre la salud de Juan, sino también la negligencia de las instituciones que deben garantizar su bienestar. Exigen respuestas tanto del IMSS como del hospital psiquiátrico, así como un trato digno y humano para Juan, quien ha sido víctima de un grave ataque.