Los padres de familia de la Escuela No. 13 han tomado una decisión firme en busca de la seguridad y el bienestar de sus hijos. La calle de Pereyra, ubicada entre Ramírez y Zarco, ha sido cerrada por ellos para salvar la integridad de los menores. Esta acción drástica ha sido motivada por la situación actual en la que la Escuela No. 13 se encuentra cerrada, lo que ha llevado a que tanto maestros como alumnos deban realizar sus actividades educativas en los espacios exteriores de la institución.
Los vecinos de la zona han unido sus fuerzas en apoyo a los padres de familia, reconociendo la importancia de esta medida para garantizar la seguridad de los niños y jóvenes que diariamente asisten a la institución. El cierre de la calle ha sido respaldado por la comunidad en general, evidenciando una solidaridad local que se ha fortalecido en torno a la prioridad de cuidar a los más jóvenes en su camino hacia la educación.
La determinación de los padres de familia es clara: no levantarán el cierre de la calle hasta que se les brinde una solución satisfactoria. El mensaje que transmiten es de una demanda justa y necesaria para el bienestar de sus hijos. Su insistencia refleja la profundidad de su preocupación y su compromiso en asegurar que las condiciones sean las adecuadas para el aprendizaje y la convivencia de los estudiantes.
Esta situación excepcional ha destacado la resiliencia y la determinación de una comunidad unida por un objetivo común: la seguridad y el bienestar de sus jóvenes. Aunque el cierre de la calle pueda generar inconvenientes temporales para algunos, la mayoría comprende y respalda la importancia de esta medida. La educación y la seguridad de los niños son prioridades fundamentales que requieren acciones enérgicas y decisiones valientes.
En última instancia, los padres de familia han demostrado su disposición a luchar por lo que consideran justo y necesario. Su perseverancia en mantener cerrada la calle de Pereyra entre Ramírez y Zarco es una muestra clara de que están dispuestos a defender los intereses de sus hijos. La comunidad espera que las autoridades correspondientes puedan responder de manera positiva a sus demandas legítimas y encontrar una solución que permita la reapertura segura de la Escuela No. 13, proporcionando a los estudiantes un entorno propicio para su desarrollo académico y personal.