Quienes han transitado por la antigua estación de ferrocarriles han observado la presencia de un paso semipeatonal en la calle Constitución, el cual, hasta el momento, permanece cerrado. Según los testimonios de los vecinos, tanto peatones como motociclistas hacen uso de este paso, aunque está prohibido para vehículos. A pesar de que conecta dos calles paralelas con el mismo flujo vehicular, la comunidad cuestiona su utilidad. La iluminación se concentra únicamente en la parte destinada al paso, dejando el resto en la oscuridad durante las noches, lo que genera una palpable sensación de inseguridad entre los residentes.
La petición unánime de los residentes es la reconsideración de la apertura del paso semipeatonal para el tránsito de vehículos. La comunidad percibe esta medida como esencial para mejorar la conectividad y la fluidez del tráfico en la zona. Además, la solicitud incluye un llamado a la mejora de la iluminación en toda el área, abordando así la preocupación de seguridad nocturna.
La conexión de dos calles paralelas mediante el paso semipeatonal sugiere una oportunidad para optimizar el flujo vehicular, especialmente en una antigua estación de ferrocarriles, donde la movilidad puede desempeñar un papel crucial en la revitalización de la zona. La apertura del paso para vehículos podría aliviar la carga del tráfico en las calles circundantes y facilitar un acceso más eficiente a la estación y sus alrededores.
La iluminación también se erige como un aspecto vital en la ecuación de seguridad. Al iluminar adecuadamente toda la extensión del paso semipeatonal, se disiparían las sombras y se proporcionaría una sensación general de seguridad. Esta mejora no solo beneficia a quienes transitan por el lugar, sino que también contribuye a la prevención de situaciones potencialmente peligrosas.
En este contexto, la participación ciudadana y la colaboración con las autoridades locales son esenciales. La voz colectiva de la comunidad refleja una preocupación compartida por la seguridad y la eficacia del espacio público. La apertura del diálogo entre los residentes y las autoridades municipales puede dar lugar a soluciones efectivas que aborden las inquietudes planteadas y mejoren la calidad de vida en la zona.