Lamentablemente, en nuestra entidad continúan ocurriendo casos preocupantes de estudiantes que se involucran en desafíos que representan un riesgo para su salud física y mental. Esta problemática es especialmente relevante en los niveles de primaria y secundaria, donde algunos alumnos consumen medicamentos, introducen armas en las instituciones educativas o desaparecen durante varios días. Afortunadamente, hasta ahora no hemos sufrido ninguna tragedia fatal en Durango, pero es crucial implementar estrategias que prevengan estos incidentes.
Además, debemos reconocer que los jóvenes han rebasado la autoridad de los padres. Es una realidad preocupante que los padres se sientan superados por la situación. Por lo tanto, es fundamental abordar esta problemática de manera integral, involucrando a las autoridades educativas, padres de familia y la comunidad en general. La prevención debe convertirse en un objetivo prioritario, brindando a los estudiantes recursos y apoyo para afrontar los desafíos de manera segura y saludable.