El transporte público no logró cumplir su objetivo de prestar los servicios a las personas que tienen algún tipo de discapacidad o limitación física, pues las rutas regulares no pueden utilizar las rampas que permiten el acceso a estás unidades; pese a ser un tema importante y que requiere de mucha atención, será la administración entrante la que tenga que dar seguimiento a las condiciones de dichas unidades, ya que la iniciativa de implementar la accesibilidad en los camiones fue buena, en cambio no funcionó del todo.
Los retos para las personas con discapacidad no terminan aquí, pues cuando logran abordar alguna de las unidades del transporte público, al bajar se tienen que enfrentar a las malas condiciones de las banquetas, pues las malas condiciones y el descuido de estas es evidente, ya que durante varios años no han recibido la atención necesaria para que sean inclusivas. Este problema no solo repercute a las personas con alguna discapacidad, ya que para las personas de la tercera edad este también representa un gran obstáculo.