Con una destreza que desafía su juventud, Ernesto Alonso del Sordo, un prodigio de tan solo 18 años, transforma el piano en un vehículo de emociones intensas y complejas melodías. Su viaje musical, que comenzó hace más de una década, le ha llevado a buscar su lugar entre los nombres más resonantes del mundo del piano clásico.
A los 7 años, su talento innato llamó la atención de su padre, quien compartía su nombre y visión para el futuro de Ernesto. Reconociendo la necesidad de cultivar y nutrir esa habilidad especial, la familia del Sordo lo inscribió en la Escuela Superior de Música, marcando el inicio de un viaje apasionante hacia la excelencia artística. No obstante, la sed de perfeccionamiento de Ernesto lo llevó a explorar más allá de las aulas tradicionales, encontrando finalmente en un mentor la guía necesaria para pulir su técnica y expresividad.
Ernesto se destaca no solo por su técnica impresionante, sino también por una sensibilidad musical que trasciende su edad. Ahora, con el deseo ardiente de enfrentarse a nuevos retos y consolidarse entre los grandes concertistas de su generación, Ernesto no teme al trabajo arduo ni a los desafíos que el camino hacia la cima pueda presentar.
En un panorama contemporáneo enriquecido por las brillantes carreras de Claudio Herrera Noriega, Salomé Herrera Noriega, Jorge Viladoms y Helir Hernández, Ernesto aspira a añadir su nombre a esta lista de virtuosos. Su historia es una inspiración y un recordatorio del talento emergente que Durango tiene el privilegio de albergar y apoyar.
Este joven duranguense no solo representa la promesa de una carrera excepcional en el mundo del piano clásico, sino que también encarna el espíritu de perseverancia y dedicación. Como comunidad, es nuestro deber y honor respaldar el crecimiento y desarrollo de talentos como el de Ernesto, asegurando que su música y su pasión por el arte inspiren a futuras generaciones. La trayectoria de Ernesto Alonso del Sordo no es solo el ascenso de un músico prodigioso; es el reflejo de una cultura que valora y celebra la excelencia artística.