La Policía Ambiental ha impuesto cerca de 15 multas por omisión de cuidados hacia mascotas y animales de compañía. Esta cifra se alcanzó desde que a los agentes ambientales se les otorgó la facultad de imponer multas directamente, una medida que busca fortalecer la protección y el bienestar de los animales en la comunidad.
El vocero de la Policía Ambiental comentó que, aunque las multas han sido un paso importante en la lucha contra el maltrato animal, la mayoría de las denuncias recibidas a través de redes sociales no están fundamentadas adecuadamente. En muchos casos, estas denuncias se presentan basadas únicamente en sospechas de maltrato animal y, al investigarlas, se descubre que suelen ser el resultado de desacuerdos entre vecinos más que de situaciones reales de maltrato o negligencia.
Esta situación resalta la necesidad de una mayor conciencia y educación sobre la importancia de presentar denuncias bien fundamentadas. Denunciar sin pruebas concretas no solo desvía recursos que podrían ser utilizados en casos verdaderos de maltrato, sino que también puede causar tensiones innecesarias entre miembros de la comunidad.
El vocero destacó que la Policía Ambiental está comprometida con la protección de los animales y toma muy en serio cada denuncia recibida. Sin embargo, también hizo un llamado a la ciudadanía para que se aseguren de tener evidencia sólida antes de presentar una denuncia. Esto incluye observar señales claras de maltrato o negligencia, como condiciones de salud visiblemente deterioradas, falta de alimento o agua, o ambientes insalubres en los que se encuentran los animales.
Asimismo, la Policía Ambiental está trabajando en campañas de sensibilización para educar a la población sobre los derechos y necesidades de las mascotas y animales de compañía. Estas campañas buscan fomentar una cultura de responsabilidad y respeto hacia los animales, promoviendo prácticas de cuidado adecuado y la importancia de denunciar solo cuando se tengan pruebas suficientes.
Además, se está incentivando a la comunidad a participar en programas de adopción y esterilización, con el objetivo de reducir la población de animales abandonados y mejorar las condiciones de vida de aquellos que ya tienen hogar. La colaboración entre la Policía Ambiental, organizaciones de protección animal y la ciudadanía es esencial para crear un entorno en el que los animales puedan vivir de manera segura y saludable.