La cifra es escalofriante: en México, los accidentes viales se cobran más de mil vidas al día, sumando un total anual que supera los 377 mil incidentes en zonas urbanas y suburbanas. Dentro de este contexto nacional, Durango emerge con una estadística particularmente preocupante: 10,728 accidentes al año, lo que se traduce en 29 colisiones diarias. Aun más alarmante es que muchos de estos percances tienen consecuencias fatales, exacerbados por la velocidad y el consumo de sustancias ilícitas.
La preocupación se acrecienta cuando el Presidente Municipal de Durango, José Antonio Ochoa Rodríguez, destaca que el municipio registra vehículos circulando a velocidades alarmantes, superiores a los 130 km/h, en horas de la madrugada. Durango se posiciona desafortunadamente en el segundo lugar a nivel estatal por lesiones derivadas de accidentes viales, con un promedio de 3.4 decesos por cada 100 mil habitantes, según datos proporcionados por el INEGI.
Ante esta realidad, las autoridades han encendido las alarmas, especialmente considerando la temporada de Semana Santa de 2024, que se perfila atípica. En una coordinación sin precedentes, los Gobiernos Federal, Estatal y Municipales han lanzado un operativo conjunto de seguridad vial. Se anticipa la llegada de más de 20,000 visitantes a Durango para esta temporada, y el municipio se prepara incluso para un posible excedente.
La Cruz Roja Mexicana señala la velocidad excesiva, la conducción bajo los efectos de psicotrópicos y el uso de distractores como los principales factores detrás de los siniestros viales. Mientras tanto, la cifra de decesos a nivel nacional, aproximadamente 20,000 muertes anuales tanto en accidentes urbanos como rurales, permanece inalterada.
Este panorama pone de manifiesto la urgencia de una intervención integral y de la concientización ciudadana. La Semana Santa de 2024 no solo debe verse como un periodo de descanso, sino también como una oportunidad crítica para reforzar el compromiso colectivo con la seguridad vial, en un esfuerzo por reducir las estadísticas de accidentes y preservar vidas. La responsabilidad es compartida: autoridades, conductores y peatones deben unir fuerzas para cambiar este sombrío escenario. La seguridad vial no es un tema más en la agenda pública; es una prioridad que reclama acciones concretas y una ciudadanía comprometida.