El reclutamiento en línea se ha convertido en una preocupación creciente para la seguridad de los menores en México. La expansión de la industria de videojuegos, que en 2022 generó ingresos de 35,884 millones de pesos, junto con el fácil acceso a internet, expone a niños y adolescentes a potenciales riesgos. Plataformas como redes sociales y aplicaciones de mensajería permiten que los menores se comuniquen con desconocidos, quienes pueden representar un peligro. En este contexto, los expertos señalan la importancia de crear un entorno seguro para los jóvenes usuarios y reducir el riesgo de acoso y otras amenazas.
Ante esta situación, la necesidad de una legislación que proteja la seguridad cibernética de los menores es esencial. Actualmente, muchas leyes no abarcan los detalles necesarios para enfrentar los problemas de seguridad en línea que se presentan hoy. Una regulación adecuada debería garantizar que las plataformas de entretenimiento y comunicación sigan normas estrictas de protección infantil, estableciendo controles y filtros que limiten la exposición de los menores a contenidos y personas inapropiadas.
Sin embargo, la seguridad en línea no solo depende de la legislación. Los padres y tutores juegan un papel crucial en la protección de sus hijos. Fomentar un ambiente de confianza en el hogar es fundamental para que los menores se sientan seguros al hablar de sus experiencias en línea. Enseñarles sobre los peligros virtuales y las buenas prácticas de navegación permite que desarrollen un criterio responsable. La vigilancia y educación continua en el uso de dispositivos y plataformas virtuales son clave para evitar situaciones de riesgo.
La colaboración entre gobierno, instituciones educativas y comunidades es otro aspecto fundamental para fortalecer la seguridad cibernética. Programas de concientización, dirigidos tanto a menores como a padres y docentes, pueden brindar herramientas necesarias para que los jóvenes naveguen de forma segura. Estas iniciativas deben incluir información sobre el uso adecuado de redes sociales y videojuegos, así como la manera de reconocer y denunciar posibles riesgos. El objetivo de estos programas es que los menores adquieran habilidades para identificar situaciones de peligro y que los adultos puedan orientar y actuar de manera informada.
Además, con el fin de consolidar una cultura de seguridad en el entorno digital, es vital que las plataformas de videojuegos y redes sociales fortalezcan sus medidas de privacidad y protección de datos. Las empresas del sector deben garantizar entornos seguros para que los menores interactúen de manera sana, sin estar expuestos a riesgos innecesarios.