En nuestras vías urbanas persiste la presencia constante de pirotecnia, a pesar de la clara prohibición que recae sobre su comercialización. Resulta llamativo que, pese a este dictamen, no se percibe una disminución en las transacciones de estos artefactos explosivos. Al consultar con la dirección de inspectores municipales, se nos informa que la tarea de regular, controlar y retirar la pirotecnia no entra en su ámbito de competencia. Según sus explicaciones, esta responsabilidad recae exclusivamente en la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA).
La problemática se agrava al constatar que, a pesar de los esfuerzos ciudadanos por reportar la presencia ilegal de pirotecnia a los inspectores municipales, estos carecen de la facultad para proceder al retiro de los artefactos. La falta de coordinación entre las autoridades locales y la SEDENA genera una situación de impotencia para quienes desean ver un control efectivo sobre el uso de la pirotecnia en espacios públicos.
Desde la perspectiva de los inspectores municipales, se evidencia una clara limitación en sus funciones. Alegan que la normativa vigente no les otorga la autoridad necesaria para intervenir en la problemática de la pirotecnia, y que, por ende, deben canalizar cualquier denuncia a la instancia correspondiente, es decir, la SEDENA. Esta delegación de responsabilidades genera una cadena burocrática que dificulta la pronta atención de las denuncias ciudadanas.
Resulta fundamental destacar que la pirotecnia no solo constituye una molestia para los vecinos, sino que también representa un riesgo para la seguridad pública. Incendios, lesiones y daños materiales son algunas de las consecuencias negativas asociadas al uso irresponsable de estos artefactos. Ante este panorama, la falta de acción coordinada entre las autoridades encargadas de regular y supervisar la venta de pirotecnia se traduce en un escenario de vulnerabilidad para la comunidad.
La necesidad de revisar y ajustar la normativa existente se vuelve evidente en este contexto. Es imperativo que las autoridades competentes, tanto municipales como de nivel federal, colaboren estrechamente para desarrollar estrategias efectivas que aborden de manera integral el problema de la pirotecnia. Asimismo, se requiere una mayor claridad en la distribución de responsabilidades, de modo que las instancias encargadas cuenten con los recursos y la autoridad necesarios para garantizar el cumplimiento de las normas establecidas.