renunciaron del INE por ya no tener lujos:Jorge Silverio

Jorge Silverio argumenta que las renuncias de los integrantes del Instituto Nacional Electoral (INE) no obedecen a la influencia directa del presidente, sino más bien a que aquellos que decidieron renunciar estaban acostumbrados a un estilo de vida lujoso, donde incluso se les remuneraba hasta por el papel de baño. De acuerdo con Silverio, la implementación de políticas de austeridad en el gobierno provocó que estos funcionarios no estuvieran dispuestos a ajustarse a nuevas condiciones y, por ende, optaran por abandonar sus cargos.

La versión de Silverio sugiere que las renuncias no son resultado de presiones políticas externas, sino más bien una respuesta a un cambio en la cultura organizacional. Asegura que los renunciantes, acostumbrados a ciertos privilegios, no estuvieron dispuestos a adaptarse a una administración más austera y ajustada a las necesidades del país.

La crítica de Silverio se centra en la percepción de que algunos miembros del INE estaban acostumbrados a un nivel de comodidad que ya no podían mantenerse debido a las nuevas políticas gubernamentales. Argumenta que la austeridad implementada por el gobierno, en lugar de ser una influencia directa del presidente, es una medida necesaria para garantizar un uso más eficiente de los recursos y una administración responsable de los fondos públicos.

Además, Silverio enfatiza que la renuncia de estos funcionarios no es un reflejo de su capacidad profesional, sino más bien de una resistencia a adaptarse a una nueva realidad fiscal. Sugiere que la capacidad de desempeño de estos profesionales no debería ponerse en duda, sino más bien su disposición a ajustarse a las nuevas políticas gubernamentales.

Es importante destacar que la posición de Silverio no pretende minimizar la importancia de los integrantes que renunciaron al INE, sino cuestionar la razón detrás de sus decisiones. Argumenta que la falta de disposición para adaptarse a las nuevas condiciones evidencia una resistencia a los cambios estructurales y a una gestión más responsable de los recursos públicos.