El inicio del ciclo escolar ha evidenciado la creciente brecha económica que afecta a muchas familias. La falta de empleo y el incremento en los precios de los artículos escolares han hecho del regreso a clases un reto casi inalcanzable para algunos padres. "Es de ley que los niños deben ir a la escuela, pero la realidad es otra cuando no tienes cómo pagar uniformes, útiles o inscripciones", comparte María Vázquez quien es madre de dos hijos, uno está en primaria y otro en secundaria.
A pesar de los esfuerzos por cumplir con lo necesario, esta familia, como muchas otras, no ha podido enviar a sus hijos a la escuela debido a la falta de recursos. "Mis hijos no han ido porque no podemos cubrir estos gastos", explica con preocupación.
La situación no es única. Varios padres enfrentan la misma realidad, donde los ingresos son insuficientes para cubrir las necesidades básicas, mucho menos los costos adicionales que implica la educación.
La crisis económica ha exacerbado esta problemática, ell desempleo ha dejado a muchos en la incertidumbre, obligando a priorizar entre llevar un plato de comida a la mesa o cubrir los gastos escolares. Para algunos, apenas se logra reunir lo necesario para sobrevivir, mientras que otros simplemente no encuentran cómo solventar los costos de la educación de sus hijos. Este regreso a clases se ha convertido en una carga insostenible, reflejando la profunda desigualdad y la falta de oportunidades que enfrentan numerosas familias en la región.