En medio de la vasta extensión de Durango, una de las regiones más abandonadas y empobrecidas de México, se encuentra el municipio de Mezquital. Esta municipio, conformada por aproximadamente 48,583 habitantes, de los cuales, casi mas del 70% es indígena, y enfrenta una crisis humanitaria de proporciones alarmantes, que ha dejado una marca imborrable de desesperación en su historia.
La sequía, implacable en los últimos años, ha sumido a Mezquital en una situación sin precedentes. La sequía no pueden alimentar al ganado, ni proporcionar cultivos suficientes para sostener a la población. La falta de acceso al agua potable ha llegado a niveles críticos. La situación es más grave de lo que las palabras pueden expresar, y se refleja de manera trágica en la pérdida de vidas inocentes. Los representantes que llegaron a pedir auxilio en el Congreso del Estado, afirman que solo comen tortillas con sal y eso una o dos veces al día.
En las últimas semanas, dos bebés murieron a causa de la desnutrición en esta región, dejando una profunda huella de dolor y preocupación. Estas muertes no son incidentes aislados, sino síntomas de una emergencia humanitaria que se ha agravado por la pandemia. De hecho, se sabe que por semana, mueren 3 mujeres o sus hijos por desnutrición.
La COVID-19 trajo consigo una ola devastadora de impactos sociales y económicos. En Durango, la atención por casos de desnutrición severa aumentó alarmantemente en un 111 % entre 2020 y 2021. Las historias de bebés desnutridos que perecen son desgarradoras, pero lamentablemente, en muchos casos, solo se conocen cuando ocurren en la capital del estado, pasando por alto la recurrente tragedia que enfrenta Mezquital.
Ante la falta de ayuda y visibilidad, los habitantes de Mezquital han emprendido un viaje a la capital estatal en busca de auxilio. Se sienten olvidados y marginados, y anhelan que su angustiosa situación se vuelva evidente para el mundo. La historia de Mezquital no es solo un llamado de atención sobre la grave crisis de sequía y desnutrición en Durango, sino un recordatorio de que la lucha contra la pobreza y la desigualdad debe ser una prioridad constante en la sociedad.