Gustavo Saucedo es un hombre que ha pasado la mayor parte de su vida enfrentando dificultades, desde los 12 años, se dedica a vender paletas en las calles, actividad que le permite mantener a su familia, no solo es el principal sustento de su hogar, también cuida de su esposa, quien padece diabetes, y del hijo de ella. A pesar de su dedicación, la vida ha sido dura con él.
En su juventud, intentó cruzar la frontera en busca de una vida mejor, pero un accidente con un tren truncó su sueño. El tren le amputó una pierna, dejándolo dependiente de una silla de ruedas, como si eso no fuera suficiente, en su niñez, una vacuna que no le correspondía le provocó parálisis en una mano, dificultando aún más sus actividades cotidianas.
Diariamente recorre las calles bajo el sol, vendiendo paletas para mantener a su familia, su objetivo es reunir el dinero necesario para comprar una silla de ruedas motorizada, que le permitiría moverse con mayor facilidad y evitar los peligros de su actual rutina.
En estos momentos sueña con abrir un pequeño negocio de dulces, lo que le permitiría trabajar en un ambiente más seguro y estable, pide a la comunidad que lo apoye comprando sus paletas, con la esperanza de alcanzar su meta y asegurar un futuro mejor para él y su familia.