Temporada de calor potencializó infecciones en menores

Durante la temporada de calor, uno de los mayores problemas en los hogares duranguenses fue la enfermedad conocida como pies-mano-boca, que afecta principalmente a menores de 2 años. Esta enfermedad se caracteriza por una infección que se manifiesta en las áreas de los pies, las manos y la boca, y es común durante los meses cálidos. De acuerdo con el médico pediatra Marco Antonio Aguilar, es un padecimiento frecuente en esta época del año, y su prevalencia aumentó considerablemente, lo que llevó a una alta concurrencia de los consultorios particulares.

El Dr. Aguilar señaló que esta enfermedad no debe combatirse con antibióticos. En cambio, lo recomendable es permitir que la enfermedad siga su curso natural. Normalmente, los síntomas desaparecen después de unos días sin necesidad de intervención farmacológica. El pediatra enfatizó la importancia de mantener un cuidado estrecho de los menores afectados y aseguró que el síntoma más importante a vigilar es la hidratación. Mantener a los niños bien hidratados es fundamental para ayudarles a superar la enfermedad sin complicaciones adicionales.

La enfermedad de pies-mano-boca es causada por el virus Coxsackie y es altamente contagiosa, especialmente en entornos donde los niños están en contacto cercano, como guarderías y jardines de infancia. Los síntomas incluyen fiebre, dolor de garganta, y la aparición de pequeñas ampollas en las manos, los pies y dentro de la boca. Aunque los síntomas pueden parecer alarmantes, en la mayoría de los casos, la enfermedad es leve y se resuelve por sí sola.

El Dr. Aguilar también destacó la importancia de la higiene para prevenir la propagación de esta enfermedad. Lavarse las manos con frecuencia, desinfectar superficies y evitar el contacto cercano con personas infectadas son medidas clave para reducir el riesgo de contagio. Además, los padres deben estar atentos a los primeros signos de la enfermedad y consultar a un médico si tienen alguna preocupación sobre la salud de sus hijos.

Durante esta temporada, los padres deben ser especialmente cuidadosos con la hidratación de sus hijos. El calor puede aumentar la pérdida de líquidos y, combinado con los síntomas de la enfermedad, puede llevar a la deshidratación. Proveer a los niños de líquidos abundantes, como agua y soluciones rehidratantes, es esencial para mantener su bienestar.