Tinacos de asbesto en los poblados, aún existen

En el tranquilo poblado Lerdo de Tejada, aún persiste la presencia de tinacos de asbesto, una preocupante realidad que pone en riesgo la salud de sus habitantes. Si bien es cierto que el gobierno ha implementado programas para la eliminación de estos objetos contaminantes, todavía es común localizarlos tanto en la localidad como en la ciudad. Para comprender la gravedad de esta situación, es esencial conocer los riesgos asociados a este material, según explican los expertos.

La asbestosis es una enfermedad pulmonar crónica de gran preocupación que se origina por la inhalación de fibras de asbesto. La exposición prolongada a estas fibras conlleva graves consecuencias, como la cicatrización del tejido pulmonar y la progresiva falta de aire. En términos simples, esto significa que, con el tiempo, la capacidad para respirar se deteriora gradualmente. Los pulmones se vuelven cada vez más rígidos hasta llegar a un punto en el que quedan prácticamente inmovilizados. Los efectos devastadores de la asbestosis pueden llevar a la discapacidad respiratoria y, en casos extremos, a la muerte.

El asbesto, debido a sus propiedades resistentes al calor y a la corrosión, se utilizó ampliamente en la construcción de materiales y productos durante muchas décadas. Sin embargo, con el tiempo, se descubrió su peligrosidad para la salud humana, lo que llevó a la prohibición de su uso en numerosos países. A pesar de esto, todavía existen estructuras y objetos que contienen asbesto, como los mencionados tinacos.

El peligro radica en que las fibras de asbesto pueden liberarse en el aire cuando estos objetos se deterioran o se manipulan de manera incorrecta. Una vez inhaladas, estas diminutas fibras se adhieren a los pulmones y provocan daños irreparables a lo largo del tiempo. Por lo tanto, la importancia de eliminar gradualmente estos materiales de los objetos con los que interactuamos diariamente no puede ser subestimada.

La responsabilidad recae tanto en las autoridades como en la conciencia individual de la comunidad. El gobierno debe continuar sus esfuerzos para retirar y eliminar de manera segura los objetos que contienen asbesto, así como educar a la población sobre los riesgos asociados. Además, es esencial que los ciudadanos se involucren activamente en la detección y denuncia de la presencia de estos materiales en sus hogares y lugares de trabajo.