En respuesta a la reciente aprobación de la reforma del Poder Judicial, trabajadores del sector han intensificado sus movilizaciones para manifestar su rechazo. La reforma, que fue aprobada en lo particular en la madrugada del miércoles, ha generado una serie de protestas por parte de los empleados judiciales, quienes consideran que esta medida no abordará de manera efectiva los problemas de corrupción que se pretende combatir.
Desde la mañana y a lo largo de la tarde, los trabajadores del Poder Judicial han salido a las calles para expresar su desacuerdo con la reforma. En sus declaraciones, han rechazado las acusaciones de corrupción que se han difundido en su contra, argumentando que estas acusaciones han sido utilizadas para justificar la reforma. Los manifestantes sostienen que el voto popular, que ha llevado a la elección de diversos gobernantes en el pasado, no ha demostrado ser una herramienta efectiva para erradicar la corrupción.
Además, los trabajadores han señalado que la reforma no garantiza un cambio significativo en la lucha contra la corrupción, dado que el sistema de votación popular ha sido ineficaz en otros contextos. Consideran que la implementación de esta reforma podría no traducirse en una mejora real en la transparencia y en la justicia del sistema judicial. El historial de corrupción en el ámbito político indica que los cambios institucionales por sí solos no siempre logran los resultados esperados.
Las protestas siguen en aumento mientras los trabajadores del Poder Judicial buscan atraer la atención sobre sus preocupaciones y cuestionar la efectividad de las reformas propuestas. Argumentan que la reforma no aborda las causas subyacentes de la corrupción y que una solución auténtica requiere una revisión más profunda y efectiva del sistema judicial. Subrayan que medidas superficiales o mal dirigidas podrían no resolver los problemas persistentes y que es necesario un enfoque más integral para lograr una verdadera mejora en la justicia y transparencia del sistema.