En medio de la incertidumbre que ha caracterizado los últimos tiempos, la industria hotelera en Durango se enfrenta a un punto de inflexión crítica. Según el presidente de los hoteleros, la ocupación de habitaciones se mantiene en un 60%, cifra que refleja el desafío constante de atraer a visitantes en un escenario pospandémico.
La situación no ha mejorado con los festivales locales, como el Festival Revueltas y el Festival de Muertos Muuki, que no cumplieron las expectativas en términos de afluencia turística. Este revés ha encendido las alarmas en la industria, resaltando la necesidad urgente de una planificación más efectiva y oportuna por parte de las autoridades.
El panorama, aunque desafiante, no carece de oportunidades. El reciente establecimiento de nuevas rutas aéreas hacia Durango abre un abanico de posibilidades para revitalizar el turismo. Sin embargo, la clave ahora radica en el interés de los viajeros. ¿Responderán estos nuevos destinos a las expectativas y necesidades de los visitantes?
El presidente de los hoteleros hace un llamado apremiante a las autoridades, instándolas a una colaboración más estrecha y una planificación estratégica. En un momento en el que la industria turística enfrenta una encrucijada, la acción coordinada entre el sector privado y público se vuelve imperativa para impulsar la recuperación y asegurar el futuro de la hospitalidad en Durango. ¿Será este el último llamado antes de que la crisis hotelera se profundice? La respuesta está en la mesa de decisiones, y el tiempo apremia.
Ahora es el momento de conocer cuales son los planes para el 2025. No se debe planear sobre las rodillas. Los viajeros ya tienen, en su gran mayoría, planeados sus viajes del 2024, lo que hace que se tenga que estar viendo hacía el futuro, pero trabajando en el presente. Festivales, convenciones y otro tipo de eventos son fundamentales para que el turismo tenga en la mira un estado y una ciudad como Durango.