La vasectomía sin bisturí se consolida como un método eficaz y seguro de control natal permanente para hombres en México, con un notable crecimiento en su aceptación en los últimos años. Según datos del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva (CNEGSR) de la Secretaría de Salud, entre 2018 y 2022 la demanda de este procedimiento aumentó un 66.6%, pasando de 28,478 a 47,455 procedimientos realizados. Estas cifras posicionan a México entre los países de América Latina donde la vasectomía es más utilizada.
Este procedimiento, ambulatorio y menos invasivo que la ligadura de trompas en mujeres, se realiza sin necesidad de hospitalización y tiene una efectividad del 99.9%. A pesar de sus claras ventajas, como la simplicidad de la operación, la rápida recuperación y la eliminación del riesgo de embarazos no deseados, persisten mitos y barreras que frenan su adopción. Entre ellos destacan conceptos erróneos sobre su impacto en la salud o la vida sexual, los cuales han sido desmentidos por especialistas.
Aunque la vasectomía es considerada un método irreversible, existen opciones de reversión quirúrgica que pueden restaurar la fertilidad en ciertos casos. Sin embargo, estas operaciones no siempre son exitosas y suelen realizarse únicamente en hospitales privados. Por ello, los expertos recomiendan que los hombres que eligen someterse a este procedimiento estén completamente seguros de su decisión.
Además de los beneficios médicos, este método contribuye al fortalecimiento de la comunicación y la confianza en la pareja, al eliminar preocupaciones relacionadas con embarazos no deseados. La creciente aceptación de la vasectomía refleja un cambio cultural en el enfoque de la responsabilidad reproductiva, fomentando una mayor equidad en la planificación familiar y ampliando las opciones para los hombres en México.