Vecinos de Barrio Tierra Blanca manifestaron su descontento debido al ruido generado por los comerciantes de la Feria del Juguete, un evento que se lleva a cabo en la zona. Los residentes expresaron que la actividad ha causado molestias constantes, especialmente por el volumen elevado de la música y los ruidos generados por los puestos. Este tipo de perturbaciones han afectado la tranquilidad en el área, particularmente durante las tardes y noches, cuando las festividades están en su apogeo.
Ante las reiteradas quejas de los habitantes, la Policía Ambiental de Durango intervino para intentar solucionar la situación. La tarde del sábado, los oficiales acudieron a la Feria del Juguete para hacer un llamado a los comerciantes y pedirles que moderaran el volumen de la música y el ruido. La intervención de las autoridades fue pacífica, buscando conciliar los intereses de los comerciantes con el bienestar de los vecinos. La Policía Ambiental explicó a los vendedores que, aunque se comprendía la necesidad de atraer la atención de los compradores, era necesario ajustar el nivel de ruido para no afectar la calidad de vida de las personas que residen en las cercanías.
La intervención de la Policía Ambiental fue vista como un intento por equilibrar las actividades comerciales con el respeto al entorno urbano. Sin embargo, algunos vecinos siguen manifestando que el problema persiste, aunque con menos intensidad tras la intervención. Los residentes destacaron que, si bien comprenden que las ferias y eventos son necesarios para la dinamización de la economía local, consideran que las autoridades deben tomar medidas más estrictas para garantizar que no se afecte la convivencia y el descanso en las zonas residenciales.
Este incidente subraya la importancia de encontrar un equilibrio entre el fomento al comercio local y la protección del ambiente sonoro de las comunidades. Las autoridades municipales y los organizadores del evento deberán considerar este tipo de quejas en futuras ediciones de la Feria del Juguete, para que los comerciantes puedan operar sin generar molestias innecesarias a los vecinos. A pesar de la intervención de la Policía Ambiental, algunos residentes consideran que se deben seguir explorando soluciones a largo plazo para evitar este tipo de inconvenientes.