La violencia política en razón de género (VPRG) es una forma de violencia dirigida específicamente a las mujeres por su participación en el ámbito político, con el objetivo de menoscabar o anular sus derechos políticos y electorales. En Durango, este fenómeno ha sido identificado y atendido por diversas instituciones, aunque aún queda mucho por hacer para erradicarlo por completo. La violencia política en razón de género no solo limita el acceso de las mujeres a cargos públicos, sino que también afecta su capacidad para influir en decisiones políticas y genera un ambiente de desconfianza y desmotivación entre aquellas que desean involucrarse en la política, tanto en precampañas como en campañas electorales. Este tipo de violencia se manifiesta de diversas formas, desde agresiones verbales y amenazas hasta exclusiones sistemáticas y ataques físicos.
En Durango, se han registrado casos de violencia política en razón de género, aunque las cifras exactas no siempre están disponibles. Por ejemplo, en 2022 se presentaron cinco denuncias relacionadas con este tipo de violencia en el estado. Sin embargo, se estima que muchos casos no son denunciados debido a la falta de confianza en las instituciones o al temor a represalias. Para contrarrestar este problema, el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana del Estado de Durango (IEPC) ha implementado protocolos y estrategias dirigidos a atender a las víctimas y garantizar que sus derechos sean respetados. Aunque la información sobre casos resueltos o llevados a tribunales es limitada, estas acciones reflejan un compromiso institucional para combatir la violencia política contra las mujeres.
Para prevenir la violencia política en razón de género, es fundamental implementar medidas como la educación y sensibilización de la sociedad y los actores políticos sobre qué constituye este tipo de violencia y sus consecuencias. Además, es necesario fortalecer las instituciones encargadas de atender estos casos, asegurando que cuenten con los recursos y la capacitación necesarios para brindar un apoyo efectivo a las víctimas. Otro aspecto crucial es la promoción de la paridad de género en la política, fomentando la participación equitativa de mujeres y hombres y creando un entorno más inclusivo y respetuoso. Estas acciones no solo ayudan a prevenir la violencia, sino que también contribuyen a construir una democracia más justa y representativa.
A pesar de los avances, la desconfianza en las instituciones y la falta de denuncias siguen siendo obstáculos importantes para erradicar la violencia política en razón de género. Muchas mujeres que enfrentan este tipo de agresiones deciden no denunciar por miedo a represalias o por desconocimiento de los mecanismos de protección disponibles. Por ello, es esencial continuar trabajando en la creación de canales seguros y accesibles para que las víctimas puedan reportar los casos y recibir el apoyo que necesitan. La lucha contra la violencia política en razón de género es un esfuerzo que requiere la participación activa de toda la sociedad, las instituciones y los actores políticos para garantizar que las mujeres puedan ejercer sus derechos políticos en un ambiente libre de violencia y discriminación.