La propuesta lanzada por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, para permitir que las patentes de vacunas contra el COVID puedan ser compartidas para agilizar la inmunización frente a la pandemia, está siendo analizada en todo el mundo.
Para el director de la Asociación Mexicana de Laboratorios Farmacéuticos (AMELAF), Juan de Villafranca, la idea es novedosa, pues pondría en primer plano el interés público de la salud durante una emergencia sanitaria, sobre los intereses económicos de empresas transnacionales que, normalmente, explotan por 20 años de forma exclusiva una patente cuando crean un nuevo fármaco.
"Por la urgencia sanitaria, vas a estar obligado a que no te quedas con el monopolio de invención, sino que tienes que darle la licencia a otras personas para que fabriquen, en este caso, la vacuna y pueda llegar a más gente, algo que es totalmente inusual, y ante esto los que han brincado muy fuerte son las empresas farmacéuticas que desarrollaron la patente porque lo que buscan es, una vez que inventan algo, quedarse con ese control del mercado por 20 años y si pueden por más tiempo, más tiempo", advierte el experto.
Juan de Villafranca detalla que cuando la patente de una medicina vence, suele bajar el precio hasta un 70 por ciento, razón por la que las farmacéuticas rechazan la propuesta del presidente norteamericano por el precedente que dejaría.
Sin embargo, la decisión se toma en cada país, no existe un organismo internacional que pueda regularlo. Para que ocurra algo así en México, las autoridades sanitarias y especialmente el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial tendrían que entregar una licencia de utilidad pública a una empresa que produciría la vacuna a partir de alguna patente registrada en México.
"En el caso de México en particular, que se determinara que se va a dar una licencia por causa de utilidad pública, y es algo que desde el punto de vista pragmático es difícil que se desarrolle, porque es muy difícil tener, en el corto plazo, la infraestructura para poder producir vacunas, no descarto que haya empresas que tienen la capacidad, pero esto llevaría varios años", señala.
El director de la AMELAF asegura que sí hay empresas en México, incluso en Jalisco, con la capacidad de producir vacunas contra el COVID, en caso de que se decida otorgar la patente por el interés público, pero la producción no será inmediata.