En un mundo lleno de libros disponibles en todos los formatos y rincones, hay una categoría menos visible pero igualmente fascinante: los libros autopublicados. A diferencia de los títulos respaldados por grandes editoriales, estas obras son creadas y distribuidas por escritores independientes que eligen controlar cada aspecto de su proceso creativo, desde la escritura hasta el diseño y la distribución, sin depender de contratos ni intermediarios. Este enfoque ofrece una libertad creativa única, pero también plantea desafíos particulares, tanto financieros como emocionales. Si alguna vez has considerado autopublicar tu propio libro o simplemente quieres saber más sobre esta alternativa literaria, esta nota es para ti.
La auto publicación no es un fenómeno nuevo, pero su alcance y accesibilidad han crecido significativamente en las últimas décadas. En América Latina, el número de títulos autopublicados se cuadruplicó entre 2007 y 2016, pasando de 5,512 a 22,026 títulos registrados. En 2017, los autores-editores sumaron 23,474 títulos, representando el 12% del total de solicitudes de ISBN en la región. Este crecimiento se debe en gran parte al control creativo que los autores tienen sobre sus obras y a la democratización de las herramientas necesarias para publicar.
La posibilidad de decidir sobre cada detalle de su obra -contenido, diseño, formato y distribución- es uno de los principales atractivos de la auto publicación
Los autores pueden preservar su visión original sin someterse a las restricciones que a menudo imponen las editoriales tradicionales. Además, el modelo financiero resulta mucho más atractivo: mientras que los escritores que publican a través de editoriales convencionales suelen recibir entre el 10% y el 15% de regalías, en plataformas como Amazon estas cifras pueden oscilar entre el 35% y el 70%. Esto ha convertido a la auto publicación en una alternativa viable para muchos autores.
Sin embargo, no todos los escritores buscan beneficios económicos. Pilar López Cárdenas, autora del libro Las cosas que sé que existen, es un claro ejemplo de ello. "Escribo libros cuando tengo un mensaje que transmitir, cuando siento la necesidad de auto expresarme o cuando atravieso momentos trascendentales", explica. Para ella, el propósito de escribir trasciende lo financiero y se centra en conectar con su audiencia en un nivel personal.
La llegada de procesadores de texto y programas de diseño marcó el inicio de una nueva era para los escritores
Estas herramientas, junto con el auge de plataformas digitales como Kindle y la impresión bajo demanda, han permitido que cualquiera pueda dar vida a su obra sin necesidad de intermediarios. Este cambio, que se consolidó en 2006 con el lanzamiento del Kindle, democratizó la autopublicación, ofreciendo a los autores la oportunidad de llevar sus historias al público global.
Sin embargo, la autopublicación también trae consigo inseguridades. Muchos autores enfrentan el temor de que sus obras no sean leídas o valoradas, un sentimiento exacerbado por el síndrome del impostor. Pilar López comparte: "Siempre hay esos momentos en los que piensas, ¿le gustará a la gente? ¿No le gustará? Pero con confianza, ilusión y la pasión de saber que lo que estoy escribiendo sale del corazón, todo es posible".
Uno de los mayores beneficios de la autopublicación es la flexibilidad que ofrece a los autores
Ellos pueden decidir cuándo y cómo publicar sus obras, evitando los largos plazos de aprobación y edición que caracterizan a las editoriales tradicionales. Además, tienen control total sobre cómo se distribuye y utiliza su trabajo. Un claro ejemplo de ello es Las cosas que sé que existen, de Pilar López, que no está disponible en librerías convencionales. La autora prefiere vender su obra en eventos, ferias y encuentros personales, argumentando que este enfoque le permite mantener una conexión más íntima con sus lectores. Aun así, el libro también puede encontrarse en plataformas como Amazon, lo que le asegura un alcance más amplio.
El profesor Víctor Campa Mendoza, autor de obras como El obispado de Durango 400 años y Los trenes de las revoluciones de México y la cuarta transformación, es otro ejemplo notable de éxito en la autopublicación. A pesar de financiar muchas de sus ediciones de manera independiente, sus libros han logrado una amplia distribución, estando disponibles en librerías internacionales y plataformas como Mercado Libre, donde algunos ejemplares alcanzan precios de hasta $18,000 pesos. Campa atribuye el éxito de sus libros a la elección de temas de relevancia local, nacional e internacional, asegurando su vigencia tanto en el presente como a largo plazo.
"Cuando ya tiene uno el material suficiente, convincente y de valor, entonces se lanza para que, en conciencia plena, uno diga: este tema va a tener éxito... hay que pensar en grande", reflexiona Campa Mendoza sobre el proceso creativo detrás de la escritura de sus libros
El plagio es una amenaza constante para los autores independientes. La apropiación indebida de ideas, textos o conceptos no solo genera pérdidas económicas y de reconocimiento, sino que también puede dañar la reputación del autor. Este riesgo desincentiva a muchos escritores a compartir libremente sus obras. El profesor Víctor Campa Mendoza ha enfrentado casos de plagio, señalando que empresas como Amazon han reproducido su libro "a lo lindo" sin autorización. Sin embargo, Campa adopta una postura conciliadora: "No nací para ser rico", afirma, priorizando la difusión de su obra sobre las ganancias económicas.
En 2022, la industria editorial en México generó ingresos de 11,266 millones de pesos (aproximadamente 559.9 millones de dólares). Aunque no hay cifras exactas que separen los ingresos de los libros autopublicados, es evidente este segmento sigue creciendo, impulsado por la proliferación de editoriales pequeñas y la autoedición.
Más allá de las cifras, este movimiento representa una reivindicación del poder creativo individual y una oportunidad para que voces diversas lleguen a audiencias globales