Cadetes de la escuela militar de aviación trabajan con esfuerzo todos los días para lograr las metas dentro de la Fuerza Aérea Mexicana que el próximo domingo cumple su 104 aniversario.
Un caso es el de Alma Farfán quien desde hace tres años llegó procedente de Campeche. A pesar de que en un inicio su familia no estaba de acuerdo en que ya iniciará una carrera militar, con su deseo e instancia de pertenecer a la Fuerza Aérea Mexicana logró convencer a sus padres e ingresar al ejército mexicano.
"Al principio un poco de resistencia por parte de mis papás de no querer dejarme entrar porque era un papel para el hombre el Ejército, ahora sí que yo me aterqué, era la carrera que me gustaba y más que nada servirá la nación, y ellos aceptaron ya al final".
Después de una instrucción de 6 meses en la ciudad de México, hace tres años fue trasladada a Guadalajara. Parte de su adiestramiento se lleva a cabo en la torre de control aéreo, siempre bajo la supervisión de un instructor.
"Aquí en torre de control es llegar tomar la frecuencia verificar los datos que tenemos de estación meteorológica, controlar las aeronaves que están de salida. Nosotros los cadetes siempre estamos acompañados de un instructor por alguna emergencia que no tengamos la noción de que hacer, ellos nos guían".
Víctor Daniel, también es cadete de la Escuela Militar de Aviación, y desde niño soñó con ser piloto de la Fuerza Aérea Mexicana, a la que ingresó hace dos años y medio
"Desde chico siempre uno volteaba hacia el cielo veía los aviones y siempre tenía como que ese sueño de poder volar de ser un piloto. Yo lo veo por mis padres me inculcaron perseguir tu sueño querer lograr lo que se propone".
Al cumplir su primer año de estudio pudo volar una aeronave.