Poco a poco se apaga la vela de la esperanza para algunas familias de los cinco jóvenes que desaparecieron el pasado viernes 11 de agosto, en el municipio de Lagos de Moreno.
Es el caso de José Dolores Lara, padre de Diego Lara Santoyo, de 20 años. A ocho días de la desaparición de su hijo y sus cuatro amigos, José Dolores señaló que después de tantos días y de haber visto una fotografía y un video en el que aparecen cinco jóvenes amarrados y amordazados, es poca la esperanza de verlo con vida.
En su caso, señala, que ya entró en un proceso de resignación. "Y ya lo único que nos queda es resignarse en cuestión de mi persona, pues nomás, pues cada quien dirá lo que siente, ¿verdad? Porque no puedo decir por ellos, pero yo, ves esas imágenes y todo eso y pues allá en el fondo hay una esperanza muy leve y que esa al final sea la buena, pero cada vez pierde más esperanza. Ya ves, pierdo más esperanza".
Sobre los cuatro cuerpos calcinados que fueron localizados la tarde del pasado miércoles en una casa en obra negra y abandonada en las cercanías de la comunidad de La Trejo, señaló que no se pueden identificar por las condiciones en las que se encontraban, por lo tanto no hay la certeza que sean los muchachos desaparecidos. "En el caso de los cuerpos que nos enseñan, como que el bien de los cuerpos, calcina, pues no reconocemos a ninguno de ellos. No se puede, entonces no. Ahí queremos que no sean, pero no hay seguridad en que sean ellos".
Sólo les queda esperar a que el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses tengan los resultados de los exámenes de genética para determinar si son o no los jóvenes desaparecidos, aunque las autoridades no han establecido cuánto tiempo tardará este proceso. "No, me dijeron que, la verdad no dijeron, puede ser que un mes, dos meses, hasta tres meses o más. O sea, que no tienen ninguna fecha para decirnos: ya podemos estar seguros".
José Dolores describe a su hijo Diego como un joven trabajador, que desde muy temprano comienza sus labores en el taller de herrería familiar. Ya por la tarde, una vez que termina su jornada laboral se va a entrenar artes marciales.
LINEA DEL TIEMPO
11 de agosto
Desaparecen cinco jóvenes en el Mirador de San Miguel, Lagos de Moreno: Roberto Olmeda, Diego Lara, Uriel Galván, Jaime Adolfo Martínez y Dante Hernández.
12 de agosto.
Familiares presentan denuncia ante el Ministerio Público e inician operativos de la Fiscalía del Estado.
13 de agosto.
Familiares y amigos de los jóvenes desaparecidos se manifestaron al medio tiempo de la semifinal de la Copa Jalisco entre Teocaltiche y Lagos de Moreno, para exigir la búsqueda y localización de sus seres queridos. Agentes de la Fiscalía del Estado localizaron el vehículo de Uriel Galván, estacionado en calles de la colonia San Miguel.
14 de agosto.
Se manifiestan familiares y amigos de los jóvenes desaparecidos en calles de Lagos de Moreno, para exigir su búsqueda y localización.
Esa misma noche, se difundió en redes sociales, un video y una fotografía en la que aparecen cinco jóvenes, amordazados, y posteriormente asesinados.
15 de agosto.
Fue localizado un vehículo calcinado en la carretera que va de Lagos de Moreno a Encarnación de Díaz a la altura de la plaza Nuevo Milenio. El automotor era propiedad de otro de los jóvenes desaparecidos y en su interior se encontraba un cuerpo calcinado, que ya es analizado por el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses para determinar si corresponde a uno de los muchachos desaparecidos.
El Fiscal, Luis Joaquín Méndez Ruiz, confirmó el aseguramiento de una finca utilizada por un grupo delictivo en Lagos de Moreno. Se llevó a cabo una misa en el Templo de La Merced, en Lagos de Moreno, para pedir por Roberto Olmeda, Diego Lara, Uriel Galván, Jaime Adolfo Martínez y Dante Hernández,
16 de agosto.
Agentes de la Fiscalía del Estado aseguraron en la colonia Orilla del Agua, una casa en la que hallaron manchas de sangre y calzado, que hacen suponer que los cinco jóvenes estuvieron en dicha finca.
Cuatro osamentas calcinadas fueron localizadas en una casa abandonada en una brecha cercana a la comunidad de La Troje. Los restos fueron trasladados al servicio médico forense para establecer por medio de exámenes genéticos si corresponden o no a los jóvenes desaparecidos.