Jalisco encabeza listado de desaparecidos y fosas clandestinas
Entre 2020 y 2024, se documentó el hallazgo en México de cuando menos dos mil 737 fosas clandestinas, según el organismo Causa en Común. Los datos de la ONG señalan que Jalisco no sólo es el primer lugar nacional en desaparecidos, con más de 15 mil personas con paradero desconocido, sino encabeza la lista en sepulcros clandestinos de la delincuencia organizada, con más de 600.
Le siguen Sonora con 298, Guanajuato, 253; Sinaloa, 174 y Baja California con 171, configurando un mapa de violencia y búsqueda incesante para miles de familias que aún esperan respuestas.
Los datos de la Fiscalía de Búsqueda de Personas Desaparecidas reconocen que cada vez aumenta la complejidad de sus actividades por lo sitios en donde son depositados los cuerpos y los niveles de segmentación o incluso de daño por agentes químicos o calcinación. Ríos, ladrilleras, hornos, bosques, barrancas, sitios confinados o con altos niveles de contaminación química, son algunos de los escenarios donde deben de laborar.
Los datos de Causa en Común no empatan con las cifras de las dependencias estatales, que entre 2018 y 2025, documentan el hallazgo de 186 fosas clandestinas, siendo el 2022 el año con más hallazgos con 41.
El municipio de Tlajomulco es el que encabeza el listado de sepulcros clandestinos con 75, seguido de Zapopan con 40, San Pedro Tlaquepaque con 20, El Salto con 12 y Guadalajara con ocho. Estos hallazgos han permitido la localización de mil 882 personas, siendo el 2020 cuando más personas se localizaron con 544. Los hallazgos que se realicen en el Rancho Izaguirre de Teuchitlán, usado como sitio de exterminio, darían un vuelco absoluto a las estadísticas. De los restos localizados, afirman que mil 009 ya han sido identificados a través de diversas pruebas periciales. De las identificaciones realizadas, 87.8% corresponden a hombres y 12.2% a mujeres.
La fosa localizada en la colonia Los Sabinos de El Salto, procesada entre octubre y noviembre de 2020, es donde más cuerpos han sido hallados, con 134.
Sobre el caso de Teuchitlán, llama la atención que los grupos criminales cada vez especializan más los mecanismos para evitar la localización de los restos. La Fiscalía señaló que los restos no fueron encontrados en septiembre, cuando se cateó el rancho, porque los quemaron, colocaron bajo ladrillos y cal.
"Por ejemplo, nosotros nos basamos mucho al varillaje y en esta ocasión pues tenían los cuerpos piedras encima. Eso indicaba que a la hora que nosotros metíamos varilla, pegaba en piedra y pues no se hundía. Entonces para nosotros era decir, aquí no va a haber. Sin embargo, pues empezaba a arrojar indicios y más que nada pues es lo que uno se aferra como familiar, ¿verdad? Lo que te lleva al descubrimiento de estos tres hornos", expresó Lupita, del colectivo de Guerreras Buscadoras.
Peritos consultados reconocen las complejidades para la identificación de los cuerpos. Por ejemplo, fosas donde los restos segmentaos son apilados por los criminales y revueltos con otros segmentos anatómicos para complicar su reconocimiento. La calcinación es también otro proceso que es difícil de trabajar para lograr las identificaciones.
La radicalización de las luchas entre grupos criminales provocaron que las fosas clandestinas se conviertan en una constante, y que no sólo aparezcan en lugares despoblados, sino incluso dentro de viviendas, como ha ocurrido en el caso de Tlajomulco.
Un informe de la CEDHJ revela que del total de fosas clandestinas, (Animación 7) 64% han sido localizadas en inmuebles, 34% en predios y 2% en sitios indeterminados.