En México, se estima que entre el 7 por ciento y el 10 por ciento de la población tiene dislexia, de acuerdo con datos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este trastorno, que afecta habilidades de lectura, escritura y comprensión,
Por otro lado, según estudios de Autism Speaks y la Secretaría de Salud en el país el estimado es que uno de cada 115 niños tiene Trastorno del Espectro Autista. Esto representa aproximadamente 400 mil niños que nacen con esta condición. Hay casos en que un mismo paciente tiene ambas condiciones, lo que hace demasiado complejo que pueda desarrollar una carrera profesional, sin embargo, con el apoyo de la familia, atención multidisciplinaria y ajustes razonables en las escuelas y los empleos es posible que sean integrados de manera exitosa. En Guadalajara tenemos un ejemplo, el caso de Andrés de Jesús González Macías quien a sus 23 años terminó la carrera de medicina en la Universidad de Guadalajara pese a tener autismo, dislexia, es decir, escribe como máximo 20 palabras, y haber sufrido bullying durante sus estudios, actualmente hace el servicio social en el área de Cuidados Paliativos Pediátricos de Hospital Civil Juan I Menchaca. Para sus tutores, aunque no existen protocolos establecidos para la inclusión de las neurodivergencias, simplemente se trata de darles las mismas oportunidades que al resto de los alumnos y enfocarse en sus fortalezas, más que en sus limitaciones. "Andrés tiene capacidad de hacer una cosa de una forma, hacer otra cosa de otra forma y de ver otras cosas de otra forma, entonces, más que tener que hacer una estructura especial para él, es simplemente conocer cuáles son las cosas que se le facilitan y cuáles son las cosas que se le complican, sabemos que dentro del amplio espectro que este tipo de situaciones conlleva, la dificultad para hacer ciertos cálculos matemáticos, o para la lectura, o para la escritura, entonces, nosotros lo que tenemos que hacer, y digo nosotros porque somos todo un equipo es tenerlo muy presente."
Andrés es optimista, se siente muy satisfecho con el aprendizaje que obtiene en el Hospital Civil, con el apoyo recibido y está seguro que podría seguir con una especialidad en Psiquiatría o una maestría, aconseja a quienes viven con una neurodiversidad a no rendirse porque sí pueden alcanzar sus metas. "Incertidumbre hay mucha, y como tal la va a seguir habiendo, lo que pueden hacer con las capacidades que tienen jugar para compensar las que no se tienen buscando estrategias, actualizándote poquito en algún detalle, cosas por el estilo, porque garantías tal vez no haya de que vayamos a salir adelante, pero si no se intenta, si no buscamos opciones definitivamente no va a haber nada, aunque queremos hacer muchas cosas a veces no se pueden todo porque a veces hay barreras que hay que irlas quitando." esto es resultado de un trabajo en equipo donde los padres juegan un papel indispensable.
"Me siento muy confundida, me siento muy asustada y me siento muy contenta, es un sentimiento muy enredoso porque cuando empiezas a investigar para poder ayudar a tu hijo o para poder dar un precedente a maestros y docentes de cómo pueden trabajar con él, me topo con que no existe otro caso de una persona sin leer ni escribir que haya concluido estudios, sino que tenemos un caso en Inglaterra que apenas va a en tercer semestre y está estudiando matemáticas, entonces, hablamos que a nivel mundial se cree que el lenguaje, el conocimiento lecto céntrico y no han visto las otras alternativas de aprendizaje, entonces ahí me siento con una responsabilidad de hacer las cosas lo mejor posible para poder auxiliar a todas las personas que viven en la condición más que autismo, vamos a enfocarnos en la dislexia."
Además, Irene tiene otro hijo un año menor, Pablo, quien también está a punto de concluir medicina en la U de G con el mismo diagnóstico