El espíritu navideño sigue presente en los 14 centros penitenciarios de la entidad y este sábado, los menores que acudieron a visitar a sus papá fueron recibidos con juguetes y regalos, en las vísperas de Navidad.
El personal penitenciario de la Dirección General de Prevención y Reinserción Social del Estado de Jalisco se organizó para recibir con juguetes y dulces a las niñas y los niños.
Esto debido a que las personas privadas de la libertad en el sistema penitenciario estatal celebran con un programa institucional de actividades decembrinas y de Año Nuevo, con espíritu humanista y con participación de sus familiares, en coordinación de grupos de la sociedad civil, de la Pastoral Penitenciaria y de grupos de denominaciones cristianas, lo que incluye misas y otros actos religiosos.
Durante la semana se realizaron también posadas y pastorelas en los distintos centros de reinserción, con lo que fortalecen la política pública Reinserción Segunda Oportunidad.
"La de ahora es una sociedad que a través de sus instituciones, como DIGPRES, comprende que el desprecio, el abuso y la estigmatización no dan buenos frutos, y en consecuencia optamos por el respeto a las personas y a sus derechos humanos", indicó el director de Prevención y Reinserción Social del Estado, José Antonio Pérez Juárez.
Por supuesto, una época como la decembrina y de Año Nuevo, de reflexión, sentimientos humanitarios, sensibilidad espiritual, y también vulnerabilidad psicológica, se aprovecha en el sistema penitenciario estatal para recordar con hechos, en un amplio programa de actividades, que toda persona merece reconocimiento, afectos y respeto.
Actividades similares se realizan en los 14 centros de reinserción estatales: posadas, pastorelas, retiros eucarísticos, concursos de nacimientos, degustaciones de alimentos, repostería y dulces, piñatas y música interpretada por los diversos grupos integrados por internas e internos, así como grupos de distintas denominaciones religiosas, festividades personales, familiares y comunitarias.
Además los reclusorios fueron decorados por los propios privados de la libertad, con luces y objetos relativos a la temporada navideña.