En abril de 2023, el Gobierno del Estado presentó un plan integral para mejorar la movilidad en el sur de la ciudad, con especial atención a la avenida López Mateos. Entre las medidas, se descartó la construcción de un segundo piso vehicular, opción que se consideró para reducir la congestión. En su lugar, se optó por fortalecer el transporte público mediante la creación de nuevas rutas y derroteros.
Además, se puso en marcha el operativo vial Ocelotes, estrategia enfocada en atender con rapidez accidentes y siniestros que afecten el flujo vehicular. El programa buscaba reducir los tiempos de respuesta y evitar bloqueos prolongados en puntos más conflictivos de la avenida.
La realidad es que la gente no se bajó de sus vehículos para apostar por el transporte público y el operativo Ocelote técnicamente desapareció.
"De todos modos, pues el daño que se generó a partir de grandes extensiones de reserva territorial más desvinculado de la, de la estructuración urbana, es decir, no con el propósito de hacer ciudad, sino más con un propósito inmobiliario. Obviamente, redundó en grandes deficiencias de integración y de conectividad en todas las áreas del imperio urbano metropolitano. Yo creo que lo más neurálgico ahora mismo es López Mateos", expresó Héctor Manuel Camacho Hernández, académico del Departamento de Proyectos Urbanísticos, del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD).
El único operativo que mostró resultados positivos en la agilización del tránsito fue el carril a contraflujo, implementado desde diciembre pasado por las mañanas, de 6:00 a 9:00 horas. Esta medida permitió mejorar la fluidez vehicular en dirección norte, facilitando el ingreso a la ciudad y reduciendo significativamente los tiempos de traslado para conductores en horario matutino.
Sin embargo, la misma estrategia aplicada en sentido contrario, por las tardes, no obtuvo los mismos resultados. En lugar de aliviar la carga vehicular de quienes salían de la ciudad, generó un efecto contrario, provocando un embotellamiento tanto en ingreso como expulsión de la ciudad.
Entre los factores que explican por qué estas políticas no fueron la solución definitiva al problema en López Mateos. La respuesta estaría en la dinámica de movilidad propia de la zona. Salvo Camino Real a Colima, que es de hecho una bifurcación de López Mateos, no hay otro ingreso a la ciudad desde el surponiente. Al oeste no se puede hacer nada porque se encuentra limitado por el Bosque de La Primavera.
Cada mañana, miles de personas salen de sus hogares en municipios como Tlajomulco y fraccionamientos del sur para ingresar a la ciudad, ya sea por motivos laborales, educativos o de negocios. Por las tardes, ese mismo flujo se revierte, generando una alta demanda vial en dirección sur.
Según datos del Plan Integral de Movilidad Urbana Sustentable; al día, por López Mateos, en el tramo de la Minerva hacia el norte, circulan 556 mil automotores al día; entre Periférico y la Minerva, 471 mil vehículos y 142 mil en el sur de Periférico. Con 27 kilómetros, es la tercera vialidad con mayor carga vehicular en horas picos después de Periférico y Lázaro Cárdenas.
Un estudio del IIEG reconoce que en el trazo de López Mateos hay cuatro mil 349 unidades económicas en el perímetro a 500 metros de la arteria y más de 500 mil habitantes en los alrededores, situación que se expande año con año.
Dentro del área de influencia antes mencionada se ubican mil 201 manzanas: 460 manzanas en Guadalajara que representan el 38.3% del total, 440 manzanas en Zapopan que representan el 36.6% del total, 298 manzanas en Tlajomulco de Zúñiga que representan 24.8% del total y tres manzanas en Tlaquepaque que representan 0.2% del total. Esto habla de la gran densidad ocupacional y habitacional alrededor de esta arteria.