Se espera que a más tardar a finales de agosto se reactive el Programa de Trasplantes en el Estado en tres hospitales libres de Covid-19; sin embargo, por el momento se arrancará con los trasplantes entre vivos al considerarse como los más seguros ante la actual pandemia.
Este programa fue frenado desde el 20 de marzo ante los riesgos que el virus representa; sin embargo ante la inminente necesidad, el Hospital Civil Fray Antonio Alcalde, Ángeles del Carmen y uno privado ya alistan los protocolos de reactivación.
Araceli Cisneros, jefa del Departamento de Investigación del Consejo Estatal de Trasplantes de Órganos y Tejidos (CETOT), explicó que el trasplante entre vivos permite verificar la inexistencia de Covid-19, mientras que el cadavérico tiene altos riesgos y tendrá que esperar a que los contagios cesen.
"Los más seguros ahorita pueden ser los trasplantes de vivo, entre vivos; esto qué quiere decir, que puede ser el trasplante renal entre vivos o el hepático o el segmento hepático. ¿Por qué que la pareja sea entre vivos?, pues porque esto te puede permitir la seguridad de que el paciente es cero negativo a Covid-19 y no lo tengas que enfrentar al riesgo de que una vez trasplantado en el sistema inmunológico el Covid esté presente y lo lleve a un desenlace fatal".
Enfatizó que para reactivar las donaciones cadavéricas y multiorgánicas se tendrán que diseñar altos protocolos de seguridad que lleven por la delante una prueba PCR negativa de Covid-19; sin embargo, reconoció que esta espera podría llevar a la muerte a algunos de los 5 mil 645 que esperan un órgano.
Por su parte, la jefa del CETOT reconoció que para ser donador vivo o cadavérico lo que se necesita es el deseo de hacerlo, pues mientras se hagan los protocolos necesarios todo estará en orden.
Jorge Rodríguez; por ejemplo, fue donador de riñón para su hermano hace 28 años y a pesar de los mitos o negativas de otras personas, decidió hacerlo para darle una mejor calidad de vida a su familiar hasta el día de su muerte.
"Los doctores me dijeron que yo podía vivir hasta con un cuarto de riñón, que no había ningún riesgo (...) yo pude ver a mi hermano hasta el tercer día en terapia intensiva y vi que sus valores habían mejorado muchísimo. Si pudiera donar, volvería a donar lo que me resta de órganos y me parece muy bien lo de la donación. Son órganos que se van a perder".
Aseguró que su calidad de vida no se ha visto afectada y que volvería a donar sin dudarlo, pues su riñón dio seis años más de vida a su hermano.