Las campañas para la histórica elección del Poder Judicial en México arrancaron el 30 de marzo, marcando el inicio de un proceso inédito en el país.
El próximo 1 de junio, los ciudadanos votarán para renovar 881 cargos federales, entre ellos los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), jueces y magistrados, en una jornada que promete ser una de las más complejas en la historia electoral.
Un total de 3,422 aspirantes competirán por los distintos puestos judiciales, incluyendo 63 candidaturas para la SCJN. Además, se elegirán magistraturas del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), jueces de tribunales federales y miembros del nuevo Tribunal de Disciplina Judicial.
El Instituto Nacional Electoral (INE) estima que 99.7 millones de mexicanos podrán participar en los comicios, en los que se habilitarán más de 84 mil casillas en todo el país. Para garantizar el correcto desarrollo de la jornada, se requerirá la colaboración de 1.55 millones de funcionarios de casilla.
Uno de los retos de la elección es la cantidad de boletas que recibirá cada votante. Se repartirán seis boletas diferenciadas por colores para facilitar la selección de candidatos en las distintas categorías. La votación para la SCJN, por ejemplo, exigirá elegir cinco mujeres y cuatro hombres de una lista de 63 aspirantes.
A diferencia de otros procesos electorales, los candidatos no recibirán financiamiento público para sus campañas. Deberán promocionarse a través de redes sociales, entrevistas y eventos, utilizando únicamente recursos propios con montos que van desde los 220 mil pesos hasta 1.46 millones de pesos, dependiendo del cargo al que aspiren.
Además de la elección federal, en 19 estados también se renovarán sistemas judiciales locales, sumando 1,787 cargos adicionales en tribunales estatales. Entidades como Baja California, Chihuahua y Ciudad de México elegirán a decenas de jueces y magistrados, ampliando el impacto de estos comicios.
La elección ha generado opiniones divididas. Mientras que la presidenta Claudia Sheinbaum y el oficialismo defienden que este proceso fortalecerá la democracia y hará más transparente la justicia, críticos y organismos internacionales han expresado preocupaciones sobre la posible intromisión del Ejecutivo y del crimen organizado en el Poder Judicial.
México se prepara para una jornada electoral sin precedentes, donde el voto ciudadano determinará el futuro de la impartición de justicia en el país.