¿Qué son las visas H-1B y cómo transforman Estados Unidos?
El programa de visas H-1B, diseñado para atraer talento extranjero altamente calificado, sigue siendo un motor fundamental para el crecimiento económico y la innovación en Estados Unidos.
Este esquema permite a empleadores estadounidenses contratar temporalmente a profesionales especializados en campos como ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM), áreas donde la demanda supera con creces la oferta de trabajadores locales.
Con una duración inicial de tres años y extensiones de hasta seis, este programa ha sido objeto de ajustes importantes en los últimos años. Desde 2020, el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS) implementó un proceso de registro electrónico, simplificando los trámites para los empleadores y reduciendo las oportunidades de abuso en el sistema. En el año fiscal 2025, por ejemplo, se registraron 134,137 beneficiarios, demostrando la alta demanda de estas visas.
Los beneficios del programa van más allá de cubrir vacantes. Según economistas, los trabajadores H-1B no solo generan nuevas oportunidades laborales para los estadounidenses, sino que también contribuyen a la economía al gastar e invertir sus salarios. Este impacto es visible en el crecimiento de industrias y en la baja tasa de desempleo en ocupaciones con alta presencia de trabajadores H-1B, como ingeniería y tecnología.
Además, las empresas con acceso a talento H-1B tienden a innovar más rápidamente. Un estudio reciente reveló que un aumento en las solicitudes exitosas de estas visas está relacionado con un mayor número de patentes y avances tecnológicos. En 2021, el salario medio de un trabajador H-1B fue de 108,000 dólares, muy por encima de los 45,760 dólares del promedio general, destacando su especialización y valor en el mercado.
Sin embargo, las restricciones al programa tienen efectos negativos. Cuando las empresas no pueden cubrir puestos críticos, recurren a expandir sus operaciones en el extranjero, disminuyendo el crecimiento económico interno. Este fenómeno resalta la importancia de mantener políticas que favorezcan el flujo de talento hacia EE. UU.
El impacto del programa también se extiende a la salud pública. Durante la pandemia de COVID-19, empresas que desarrollaron vacunas contaron con más de 3,300 científicos especializados contratados a través del programa H-1B. Esto evidenció cómo el talento extranjero puede ser crucial en momentos de emergencia nacional.
Ciudades como Nueva York, San Francisco y Dallas concentran el mayor número de beneficiarios, lo que refuerza su papel como centros de innovación tecnológica. El programa H-1B no solo satisface las demandas del mercado laboral, sino que impulsa el crecimiento económico y asegura que Estados Unidos mantenga su liderazgo global en innovación.
El programa de visas H-1B es, sin duda, una herramienta estratégica para mantener competitiva a la economía estadounidense, atrayendo talento global que complementa a la fuerza laboral local y genera beneficios significativos para todo el país.
Con información de American Inmigration Council.
