El 5 de octubre de 1813, el Generalísimo José María Morelos y Pavón, emitió un Decreto en el que declaró la abolición de la esclavitud, la liberación de los esclavos, acción con la que se reafirmó la idea de una nación justa e igualitaria para todos los habitantes del territorio.
Este documento fue dirigido a los Intendentes de cada Provincia de la Nueva España, para que de inmediato pusieran fin a cualquier práctica que estuviera asociada a la esclavitud al tiempo que brindó facultades para que en cada pueblo se llevaran a cabo elecciones libres.
Con este decreto, Morelos intentó dar continuidad al bando emitido por el cura Miguel Hidalgo, que con el mismo propósito de abolir la esclavitud, fue la manera en la que el movimiento insurgente estableció garantías que proclamaban la libertad de las castas que buscaban su emancipación del dominio español.
Es importante aclarar, que los edictos que emitieron los líderes insurgentes no tuvieron eco en todo el territorio, pues la esclavitud continuó por algún tiempo, debido a que la liberación de los esclavos no era un asunto fácil, pues se contraponía con el derecho a la propiedad. A pesar de ello, la idea de su abolición continuó presente en el discurso político.
Años más tarde, el primer Presidente de México Guadalupe Victoria, emitió un decreto para comprar la libertad de esclavos pagando a sus propietarios por ella, limitándose a los fondos que se reunieran para tal efecto, dando voz a los decretos realizados por Hidalgo y Morelos.