Víctor Yahír y Jesús Adán, murieron el 27 de octubre y primero de noviembre respectivamente, ambos tenían solo 16 años y terminaron en manos de sicarios y se han unido a una dolorosa estadística, de acuerdo con la Red Por los Derechos de la Infancia en México (Redim) de diciembre de 2006 al 2019, se tiene el registro aproximado de 19 mil niñas, niños y adolescentes víctimas de homicidio doloso, donde cho de cada 10 son víctimas de arma de fuego; es decir, han sido ejecutados o mueren en un enfrentamiento entre organizaciones rivales o por alguna corporación policiaca y fuerzas armadas.
En México, la población infantil de 5 a 17 años asciende a 29,3 millones, de ellos, 3,2 millones son explotados laboralmente y se estima que 460.000 han pasado a engrosar las filas de las organizaciones criminales como sicarios, halcones o narcomenudistas, algunos motivados incluso por sus propios padres.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos informó en el 2015 que aproximadamente 30 mil menores estaban relacionados con el narcotráfico en México, sin embargo el Secretario de Seguridad, Alfonso Durazo, aseguró que al menos 460 mil niños formaban parte de las filas del crimen organizado, lo cual da como resultado un incremento de 153% en dichos integrantes, en algunos casos, los jefes de los cárteles pagan a los niños con ropa, alimentos o medicinas por sus acciones delincuenciales, finalmente con dinero y drogas terminan de atraerlos, pues muchos de ellos a su edad ya sufren de adicciones y bajo el influjo de las mismas es que delinquen.
La falta de un apego, la desintegración familiar, los cambios a las leyes que dejan sin efecto algunos castigos a los adolescentes en conflictos con la ley, generan que los grupos del crimen organizado los coopten para realizar diversas labores, así mismo, el subprocurador de la defensa del niño, niña y adolescente, hizo referencia a la problemática sociocultural que se evidenció con los disfraces a menores en la pasada celebración de Halloween donde niños entre 3 y 6 años de edad portaron incluso armas de juguete y cadáveres simulados.