No todos los niños tienen el privilegio de tener una familia, en la Casa Hogar, Amor, agua y más se han encargado de darles la atención y el amor que les faltó en casa.
Lo más admirable de estos pequeños es la resiliencia, señaló la administradora Alma Lorena Cota, cómo superan el dolor y reparten cariño.
Pero no es sencillo lograr que después del abandono, el maltrato y la exposición a un ambiente violento un niño vuelva a sonreír y confiar, es necesario una labor titánica de equipo, de psicología, nutrición, espiritualidad y sobre todo mucha paciencia, son pequeños pasos que se dan para avanzar y lograr que permitan un primer abrazo y la creación de un lazo, verlos crecer y desear ser exitosos en la vida es una gran satisfacción para quienes los recibieron tristes y frágiles.