El consumo de tortuga marina aparte de ser ilegal es peligroso para el cuerpo humano debido a los contaminantes que esta especie marina adquiere en el mar y que son transmitidas a las personas como el mercurio, arsénico, plomo, órgano fosforados y órgano clorados que pueden causar enfermedades incluso la muerte de quienes ven a la tortuga marina como un alimento rico en vitaminas cuando en realidad es un riesgo para la salud.
Fuente: CRIFS
Mercurio
Arsénico
Plomo
Organofosforados
Organoclorados
Diversos estudios científicos demuestran que su carne, tejido adiposo, órganos, sangre y huevos contienen bacterias, parásitos, biotoxinas, contaminantes ambientales y metales pesados nocivos advierte el Centro de Rescate, Rehabilitación e Investigación de Fauna Silvestre A.C ante los caparazones de tortuga encontrados en las costas de Guaymas.
Por datos de la revista científica EcoHealth indica que de acuerdo a las investigaciones el consumo de tortugas marinas infectadas pueden generar diarrea, vómitos y deshidratación extrema debido a los efectos tóxicos pudiendo llevar a enfermedades renales, cáncer de hígado y efectos sobre el desarrollo en fetos y niños cuando las creencias de supuestas vitaminas hace que los humanos lleguen a beber directamente la sangre de las tortugas siendo sumamente peligroso.
Además del consumo en México existe una creencia de que este producto marino es medicinal siendo capturado para remedios caseros, sin embargo esto no está comprobado, el Biólogo de Acuacultura y Pesca, Ernesto Bermudez indicó que en algunas ocasiones al creer de que la sangre es medicinal, los humanos la beben directamente de la yugular de la tortuga incrementando aún más el peligro para el cuerpo humano, cuando en el país anidan 7 de las 8 especies de las tortugas marinas, donde en Guaymas predomina la golfina y la prieta
Fuente: PROFEPA
Caguama (Caretta caretta)
Carey del Pacífico (Eretmochelys imbricata)
Verde (Chelonia mydas)
Golfina (Lepidochelys olivacea)
Lora o Kempi (Lepidochelys kempii)
Prieta (Chelonia agassizii)
Laúd (Dermochelys coriacea)