Una llamada le cambió la vida a Lupita Díaz, una agente de tránsito de mano dura en su trabajo pero con un corazón sensible, el tiempo se detuvo cuando desde el Hospital Oncológico de Hermosillo le dijeron que con urgencia debía realizarse más estudios pues encontraron algo en su mamografía.
Lupita tuvo que luchar por su vida, cirugía, tratamientos y otros problemas de salud que le quedaron como secuelas por la presión emocional y física que llegó de forma repentina afectando su corazón, aún con su salud mermada ha tenido que buscar otra opción de servicio médico pues los aranceles que se pagan para el servicio médico de Isssteson son muy bajos y no cubren el cateterismo que requiere.
A pesar de eso sigue trabajando, llena de energía y ganas de vivir, agradecida de poder ver a sus hijos superarse y esforzándose cada día por estar en la lista de sobrevivientes y no en la de muertes.
Lupita gracias a la autoexploración pudo atenderse a tiempo, el cáncer no la venció por eso la invitación constante a las mujeres a conocerse y amarse, cuidando su cuerpo.