El 20 de junio del 2020 inició el calvario para Petra Arenas, ese fue el último día que tuvo comunicación con su hijo Juan Pablo de entonces 25 años quien trabajaba en Ciudad Obregón en el campo, ese día le dijo que había perdido su casa y trabajo y que alguien lo había golpeado, su madre le sugirió ir al DIF local pero nunca supo si lo hizo, pasaron los días y Juan Pablo no llamó, ni volvió a responder.
Fue entonces cuando Petra decidió dejar su casa en Martínez de la Torre, Veracruz, el objetivo era buscar y encontrar a su hijo, después de un año y de haber recorrido solo con caridad, campos agrícolas, ejidos, pueblos y de unirse a un colectivo, no hay indicios de él, llegó a Guaymas al saber que hay 30 cuerpos sin identificar y por ir a la fosa común, pero nadie tiene las características de su hijo.
Con lágrimas en los ojos, sofocada por el calor, trata de no perder la esperanza, y agradece a cada buen corazón que le paga un pasaje, la deja dormir bajo su techo y coopera conmovida con su historia, pues es solo gracias a eso que Petra ha podido seguir y seguirá, hasta encontrar a Juan Pablo, donde y como sea.
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